Me encanta Mirar cuando se trata de follar

Aunque solo hayas imaginado por un segundo en tu vida observar a una pareja teniendo sexo o tener sexo mientras alguien te mira, aunque solo haya sido por un segundo en tu vida, no te puedes perder este más que excitante relato de Karen. De nada.

Quiero ver. Era el deseo de esa tierna presencia, que debatía en los dos escenarios posibles de la velada, si estaba allí o no. Está medio decidida. existencia y no existencia

Sin embargo, no sabemos cómo ese "espectáculo" cambiará con la audiencia, incluso si se coloca en los lugares más apartados o por esa misma razón.

Ahí lo aprendimos, como casi todo.

Solo, sientes una presencia arrastrándose en tu ser y siendo colocada allí, sí, sí, sí, no. Al principio, la ignoras por completo, está lo suficientemente lejos como para que no puedas acercarte e invitarla. Y luego sigues, sigues a tu pum, pum, pum o tu pam, pam, pam, vete a la mierda, vete a la mierda, ponte la piel en la piel, ponte ese culito, ponte esas tetas preciosas... pero , um, hey, ahora ella está aquí mirando, intencionalmente o no, quieres que te azote o te mueva, para el pequeño trasero, y... para ella, porque ella está mirando, quieres que le guste lo que ve. Entonces lo refinas, lo perfeccionas, lo mides... te quejas un poco más fuerte de lo normal porque lo estás intentando, porque tienes una audiencia.

Entonces la voyeur semiprofesional se dio cuenta de que ya estaba dentro, y cuando pidió verla, no sabía o sabía... y tanto la farándula como los actores de repente supieron que ya eran tres, así que, no es lo correcto para hacer Tarde, solo mirarlo es algo que lo cambia todo. Porque nada es fútil en ningún deseo, especialmente cuando... no hay nada, nada es más conmovedor que el deseo, el deseo...

Tal vez los actores, al verse así, decidieron exagerar un poco, pararse en este ángulo o gemir un poco más fuerte. Porque ahora no es solo su alegría, sino que no espera nada, sino que todo lo ve. Luego la polla se frena un poco, se inclina, sale, y el coño también, y todos se follan entre ellos mientras se dedican a sus ojos. Dedicado a los que nada piden y lo consiguen todo. En el nuevo ritmo que impone este inesperado trío, él la mira, el voyeur se esconde, y ella no quiere... o sí. La mujer también la miró, cerró los ojos y sonrió, porque la última carga había ido demasiado lejos. Pendejo, como te gusta presumir...

Ese voyeur se sentía dentro y aún fuera. Ella pidió verlo, pero no pensó que fuera parte de él.

Sé parte de la cogida a cámara lenta, por ti, por nosotros, hasta sentirte, no nos damos cuenta de lo mucho que amamos tener sexo despacito, porque ya es nuestro, es tuyo, aunque no lo toques. aunque creas que no lo vas a encontrar de lejos, pues Mirona, no sabes lo que es tenerte ahí mirando.

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